‘Para justificar cualquier crimen, tienes que convertir a la víctima en tu enemigo‘. Chuck Palahniuk, novelista del Bestseller ‘El Club de la Lucha’ y que además terminó siendo adaptado al cine con Brad Pitt y Edward Norton de protagonistas. Y a su cita yo añadiría, además de en tu enemigo, también en el culpable.
Oveja Negra, cabeza de turco, scapegoat (en inglés) o chivo expiatorio pueden parecer términos muy cool ya que es como el rebelde de la familia pero realmente los que están dentro de esta categoría no lo pasan tan bien como puede parecer a primera vista. Lo cuenta una que lo ha sido, lo digo en el pasado porque ya salí de mi círculo familiar por lo que ahora se me podría etiquetar como la desaparecida o tal vez, y mejor, la autoexiliada airosa. Mejor corramos un tupido velo…
El Chivo Expiatorio y tu Madre Narcisista
Voy a centrarme en mi experiencia, tampoco voy a entrar en mucho detalle, es decir, en la relación entre una madre narcisista y la hija. Pero bien se podría dar con el hijo o también el hijo o hija con el padre narcisista. Para gustos, colores.
Pero, ¿sabes realmente lo que es el chivo expiatorio? Pues es un rol que lo suele ejercer uno de los miembros de la familia y es a quien le caen todas las culpas y las críticas de manera injusta o desproporcionada.
Aunque, menos mal que normalmente nuestro chivo expiatorio, desde muy temprana edad, comienza a revelarse contra el abuso, la injusticia y la manipulación. Suelen ser niños son muy abiertos que dicen lo que piensan, no tienen pelos en la lengua. Y al tener una gran seguridad en sí mismos se rebelan contra el abuso de la madre. Ocurre de forma más habitual en la etapa preadolescente ya que observa fuera de casa de que existen otras familias diferentes en las cuales no hay abuso por parte del padre, la madre o ambos.
La madre narcisista detectará cuál de sus hijos será el que se rebele contra el abuso psicológico materno, por lo que la madre narcisista comenzará una guerra en su contra para que no le pise y no pierda la autoridad y, además, pondrá en contra a los hermanos creando envidias entre ellos. Aunque cuando haga su papel de víctima repita: ‘Por favor, no os peléis, tenéis que llevaros bien’.
La madre narcisista moldeará la personalidad de todos sus hijos a su gusto siendo una etapa crítica entre la madre narcisista y sus hijos. Y entonces uno de sus hijos será quien delatará toda esta injusticia al rebelarse contra el abuso matriarcal desproporcionado. Y es ahí cuando, sin quererlo, se empezará a crear el rol de nuestro delator y le caerá toda la basura narcisista y la madre narcisista alienará a los demás miembros en contra de este traidor de la familia: El Chivo Expiatorio.
Chivo Expiatorio
El chivo expiatorio será señalado por la madre como el hijo más complicado, el que no encaja, el que servirá de contenedor tóxico de toda la familia durante los años venideros. En inglés a este rol se le conoce como el Scapegoat. El diccionario define al chivo expiatorio como: Persona o grupo de ellas a quienes se quiere hacer culpables de algo con independencia de su inocencia, sirviendo así de excusa a los fines del inculpador. De manera más específica, este apelativo se emplea para calificar a aquellos sobre quienes se aplica injustamente una acusación o condena para impedir que los auténticos responsables sean juzgados, o para satisfacer la necesidad de condena ante la falta de culpables.
El propósito principal de la madre narcisista será impedir que los demás miembros detecten, bajo ningún concepto, la perversidad del sistema de abuso y de las tácticas de la madre dentro de la supuesta estructura familiar. Los tiene totalmente abducidos y manipulados sin ser conscientes de ello. Y, por cierto, el marido, si aún no ha salido por patas, será un pelele más.
El Chivo Expiatorio será el enemigo número uno para los hermanos manipulados, para la madre y el padre, e incluso para otros familiares como tíos, abuelos y allegados. Se convertirá en el hermano al que todos apuntan con el dedo como el generador de todos los conflictos familiares, incluso si este, se encuentra a miles de kilómetros de distancia o sin que él ya tenga ninguna relación con la familia.
Debido a la personalidad de nuestro protagonista, y a que se rebeló ante el trato injusto sobre todos los miembros de la familia por parte de la madre, encontrará la fuerza suficiente para salir de la estructura familiar y escapar de la manipulación materna. Será el primero en dejar el rebaño, nunca mejor dicho para una oveja negra. Ante la perplejidad de los demás hermanos y miembros de la familia, se comenzará una campaña de desprestigio en contra del desertor. Y nuestro valiente pagará un precio muy caro por desafiar y traicionar al sistema familiar, muchas veces hasta incluso después de la muerte de la madre narcisista.
Relación Odio/Amor-Madre/Hijo
Si, en todo este entramado se suele generar una relación de odio-amor, en donde la madre proporcionará en determinadas ocasiones, una etapa de bombardeo de amor maternal o love bombing, en la cual la madre narcisista alaba y adormece al chivo expiatorio con falsa validación y aprobación. Y así crear entre ellos un vínculo sumamente absorbente y fuerte pero enfermizo porque el niño interior de nuestro chivo expiatorio sentirá ese supuesto amor incondicional que tanto anheló en su niñez y que nunca obtuvo. Y esto provocará que, durante esos períodos, nuestro niño herido quede vulnerable ante las estrategias de la madre narcisista. Estos períodos de falso amor serán solo una estrategia maquiavélica para manipular a la oveja negra que quiso escapar del núcleo familiar y así volver a encerrarlo y amordazarlo. Pero esto sólo es temporal ya que, de nuevo, nuestra oveja negra despierta y es consciente de que ella no está siendo honesta y que no sabe ni nunca conoció el Amor.
Personalidad Innata del Chivo Expiatorio
El chivo expiatorio en una familia disfuncional con padre o madre narcisista no es el más débil, sino el más inteligente, independiente y con una sensibilidad de justicia y honestidad mucho más desarrollada que los demás miembros de la familia. Aunque estos lo etiqueten de loco, irresponsable y mala persona.
La madre narcisista se va a encargar de criticar, humillar, desacreditar, desaprobar y culpar al chivo expiatorio aunque no haya hecho nada en contra de la madre o de la familia, simplemente lo culpa por existir y por tratar de reorientar y encaminar su vida para tener éxito y una vida normal y sana fuera de la estructura familiar. Escribiendo esto me vienen recuerdos y me entra tristeza por ese chivo expiatorio que fui durante tantos años…
Pero sigamos porque la madre narcisista se encarga de manipular a los demás miembros de la familia, padre y demás hijos, para crear separación, envidias, rencores y celos entre ellos y así que nuestro protagonista se sienta solo, abandonado, no aceptado ni reconocido por ninguno de ellos.
Pero este Hijo o Hija, en mayúsculas, no podrá ir en contra de sus valores (que por cierto, no sé de dónde los sacó porque heredados no son, eso te lo aseguro) y rechazará este legado de abuso y tiranía familiar, y evitará que sus propios hijos hereden este patrón de abuso familiar por lo que tratará a toda costa de romperlo alejando y distanciando a sus propios hijos de esta familia narcisista tóxica (no debería llamarse familia a esto) y la relación será nula o, por lo menos, carente. Y aún después de todo este calvario, la madre narcisista le exigirá tiempo o dinero o implicación como recompensa (ella cree que su hijo está en deuda pero ¿quién se ha creído que es este niño insolente?) por sus «comportamientos rebeldes» y no pensar en la familia y no poder tener contacto con sus nietos: Nunca te he importado, mal hijo/a, cuando te he traído a este mundo y todo lo que he hecho por ti.
Así que, por fin, es el hijo quien termina abandonando a la madre narcisista y a la familia disfuncional para llevar una vida normal, más sana y lejos de toda manipulación e incoherencia, eso sí, haciendo terapia.
La parte negativa de toda esta experiencia vital es que, después de haber vivido tantos años dentro del ciclo de abuso familiar, pueden terminar con la autoestima muy baja o con una depresión profunda. Si no resuelven y superan estos conflictos personales, es muy probable que terminen relacionándose o casándose con un narcisista y volver a caer en el mismo ciclo de abuso. En mi caso tuve que vivir dos relaciones más con dos narcisistas para poder hacer todo el trabajo personal y ser consciente de lo que realmente había vivido.
De acuerdo a la usanza judía, se elegían dos machos cabríos por el pueblo judío, uno para ser sacrificado y otro para ser abandonado en el desierto, en el exilio. En los sistemas familiares narcisistas sucede lo mismo. O se sacrifica (de manera constante y de por vida), o se le exilia, se le condena a no ser visto por el resto de sus días. Son expulsados o sacrificados. Fuente.
Adiós al Patrón Disfuncional Narcisista
Gracias a vivir después dos relaciones de pareja con narcisistas, actualmente ya puedo detectar a la legua cuándo se me acerca o se relaciona conmigo un personaje narcisista y se tiene tanta convicción y estás tan reforzada que no vuelves a caer en las redes de este tipo de manipulación.
Pero para la ‘familia’, familia entre comillas porque esto no se puede llamar familia, el chivo expiatorio sigue y seguirá siempre el culpable de haber roto la lealtad perversa con la madre narcisista. Incluso si volviera a casa por Navidad, sólo para la comida del 25, los demás miembros nunca verían a la auténtica persona, ni su crecimiento y desarrollo personal, ni su madurez ya que lo único que ven es a aquel que hizo y sigue haciendo daño a la familia por el simple hecho de existir y no seguir las reglas del juego materno. En definitiva, los que siguen todavía en las redes de una madre narcisista, aunque superen los cuarenta, siguen siendo unos inmaduros, sin personalidad y sin ningún tipo de valores propios y sin la valentía para salir de esas garras (o telaraña) y poder ser libres y expresar su verdadera Esencia, son manipulados de por vida.
El Niño de Oro
¿El Niño de Oro? Si, es el hijo o hija predilecto de la narcisista. Es un reflejo y extensión de la madre. Esta madre narcisista lo necesita pero no lo ama, lo utiliza para reafirmar que sus acciones son las correctas y de que es una buena madre y que el chivo expiatorio es el culpable de todas las desgracias familiares.
Así que para ocultar su crimen narcisista, convierte al chivo expiatorio en el enemigo number one y lo hace difundiendo blasfemias, chismes, haciéndose la víctima del chivo expiatorio y etiquetándolo como el perpetrador y maltratador. Y es tan buena en su rol que consigue que los demás miembros crean todo lo que dice esta mujer. Todos los sistemas narcisistas siempre culparán a la víctima y exonerarán a la madre narcisista. El sistema familiar mostrará a la madre como la víctima del chivo expiatorio siendo que en realidad es la verdadera perpetradora.
Y si por un casual, algún miembro de la familia intenta ponerse a favor del chivo expiatorio o ayudarlo, nuestra querida madre narcisista logrará que sean considerados como traidores por apoyarlo haciendo que vuelvan a posicionarse al lado de ella. Una manipuladora en toda regla.
“La única cosa que se requiere para que el mal triunfe, es que hombres buenos no hagan nada al respecto”. Edmund Burke filósofo, estadista y escritor irlandés del siglo XVIII.
Así que siguiendo con el Niño de Oro, tenemos un rol perverso que se podría llamar co-narcisista (enabler, habilitador del sistema), el brazo derecho de la madre narcisista que irá en contra del chivo expiatorio y de todos los demás miembros que no bailen su son. Este Niño de Oro aprende desde bien pequeño a manipular a los demás e incluso a la madre narcisista. Este rol en su edad adulta si que da miedito.
La progenitora narcisista continuará con todas las prácticas que usó con sus hijos y las usará con los nietos, alimentándolos de rencores en contra de los chivos expiatorios (los antiguos y los nuevos). Si los nietos provienen de un hijo codependiente narcisista (co-narcisista), es altamente probable que se desarrolle un hijo chivo expiatorio dentro del sistema familiar narcisista de tercera generación, ya que el sistema familiar narcisista es sistémico generacional. Fuente.
Algo de Luz en esta cita final…