Deja de confundir química con compatibilidad porque si no lo haces vas a desperdiciar tiempo, energía y salud en una relación sin sentido.
Es increíble cómo las películas, las canciones, los medios de comunicación, los anuncios de perfumes y joyas y los cuentos de Disney han moldeado durante mucho tiempo nuestras expectativas poco realistas sobre las relaciones de pareja y el amor.
Tenemos que ser realistas porque el amor verdadero no es una explosión constante de emociones, sino es equilibrio, paz y estabilidad y no hay que confundir con aburrimiento ni pasotismo.
Creemos que el amor es un acto irracional de lealtad y afecto por otra persona, hasta el punto de que dejaríamos que nos hicieran sufrir por esa persona. Toda una locura que es producida por la química.
No hay que confundir el amor con química ni tampoco hay que confundir la calma, la confianza y la constancia, que es la base de una relación sana, con el aburrimiento.
La química puede hacer que uno se pierda, y la repetición de patrones emocionales del pasado pueden mantenerte atrapado en ciclos que parecen cómodos y familiares pero que en realidad son dañinos.
Encontrar el amor verdadero no es el objetivo final, es un viaje continuo que emprendes con intención, compasión (y con pasión también) y paciencia. Es algo que construyes con el tiempo a través de momentos tranquilos, límites saludables y un compromiso de crecimiento, tanto a nivel individual como en pareja.
Así que las comedias románticas, las baladas, las novelas, los cuentos, los videos musicales sembraron semillas de programación que nos hacen confundir un buen polvo con una buena relación. Que tengas un buen polvo no significa que seáis compatibles y que haya surgido el amor durante el éxtasis. Cuando ves la película Pretty Woman te das cuenta de la cantidad de tontería mental, por no decir otras palabras, que nos meten en la cabeza y que nos hipnotizan creyéndonos que vendrá un Richard Gere a salvarnos y una Julia Roberts que, aunque lleve una mala vida, quiere estar contigo por cómo eres y no, no por el dinero…
Todo lo que hace que una relación funcione (y con ‘funciona’ me refiero a que sea sana y sostenible por ambas partes) requiere una admiración genuina y profunda. Sin esa admiración mutua, todo lo demás se desmoronará.
Porque ese deseo de usar el amor de otra persona para calmar tus propias heridas y problemas emocionales conduce inevitablemente a la codependencia, una dinámica malsana y dañina entre dos personas donde existe un acuerdo tácito para usar el amor del otro como distracción del propio autodesprecio.
Así que esa idea de que nos salvarán o que alguien entrará por la puerta y nos sacará de nuestra miseria, es muy inmadura. Y los finales perfectos de las películas románticas que terminan con el beso de felices para siempre no muestran la realidad: La discusión por no lavar los platos o los problemas de dinero que has descubierto o el hecho de que no tragas a tu suegra. Todo esto y mucho más no sale en estas películas que vimos y vemos a diario. Así que nos han vendido mentiras sobre el amor y las relaciones de pareja, desde las citas hasta la convivencia y el matrimonio porque, muchas veces, el matrimonio es el final de la película, cuando en realidad la convivencia y el matrimonio son el comienzo de la vida en común. Y lo que más me fascina y asombra es que, aún sabiendo que todo esto es una mentira, seguimos convencidos de que nosotros si que conseguiremos un final como el de Julia Roberts y Richard Gere.
Romeo y Julieta no es una historia de amor. Son tres días de relación de pareja entre una niña de 13 años y uno de 17 años que causaron 6 muertes.
La mayoría de nosotros hemos estado tan inundados por estos mensajes a lo largo de toda nuestra vida que hemos llegado a confundir la química y el drama del romance con toda la relación en sí. Cuando nos dejamos llevar por la química, no podemos imaginar que algo pueda salir mal entre nosotros y nuestra pareja. No podemos ver sus errores o fracasos, todo lo que vemos es su potencial y posibilidades ilimitadas.
Esto no es amor. Esto es un autoengaño. Y como ocurre con la mayoría de los delirios, las cosas no suelen acabar bien.
Es posible ‘enamorarnos’ de alguien que no nos trata bien, que nos hace sentir peor con nosotros mismos, que no nos tiene el mismo respeto que nosotros a él, o que tiene una vida tan disfuncional que amenaza nuestro bienestar. Todo porque en la cama nos lleva al oasis pero te recuerdo que pronto despertarás en el desierto.
Que alguien te haga sentir más vivo no significa que necesariamente debas tener una relación de pareja con esa persona y ni mucho menos iros a vivir juntos.
La Química No es Compatibilidad
Hoy en día todos sobrevaloramos la química. Creemos que si sentimos química, esta es nuestra persona, esta es la persona con la que estamos destinados a pasar el resto de nuestras vidas, y de que eso se trata el amor.
Algunos nos perdemos parejas increíbles porque no sentimos química en la primera cita, y otros nos quedamos con personas con las que tenemos una química increíble aunque no tengamos nada más. ¿Cuántos habéis permanecido en una relación donde el sexo era increíble aunque no conectarais a un nivel más profundo? ¿Cuántos habéis permanecido en una relación donde había mucha química a pesar de que en secreto te preocupaba que esa persona te engañara porque se comportaba de manera muy extraña? La química te hace ignorar las cosas que realmente hacen que una relación sea saludable. Y dejamos pasar personas que podrían ser parejas increíbles porque no sentimos química al principio.
Las investigaciones demuestran que a menudo confundimos la ansiedad o incluso el peligro con la química. Esa chispa, a veces, es adrenalina. Por tanto, sentirse atraído por alguien no significa que sea adecuado para ti, significa que tu sistema nervioso se activa. La próxima vez que sientas la chispa, haz una pausa y pregúntate: ¿me siento seguro o simplemente ansioso porque el corazón se me ha puesto a mil?
Los expertos dicen que cuando nos sentimos atraídos por alguien por primera vez, experimentamos dos cosas: estrés y emoción. Eso es experimentar química. Así que tenemos el estrés de: ¿Le gusto? Pero tenemos la emoción de: Creo que me gusta. Tenemos el estrés de: ¿Conseguiré su número? Y luego tenemos la emoción de: Acabo de conseguir su número. Y luego tenemos el estrés de: Bueno, ¿qué le escribo? Y luego tenemos la emoción de que: ¿Me responderá? Y luego tenemos el estrés de: ¿Me invitará a salir? Pero luego tenemos la emoción de que vamos a tener una cita y este estrés y emoción es lo que crea química y esta chispa pero esto es lo que pasa con el tiempo: El estrés disminuirá cuando pases más tiempo con esa persona; cuando sepas lo que te va a escribir y cuándo; cuando sabes que va a llegar a tiempo; cuando sabes que ahora tienes exclusividad; cuando os habéis puesto a vivir juntos y compartís el baño. Aquí es cuando el estrés disminuye por lo que la química no se siente tan alta. Ahora confundimos esa falta de estrés con aburrimiento cuando en realidad es paz. Eso es lo que tu sistema nervioso buscaba de todos modos. Confundimos inconsistencia con entusiasmo y estabilidad con aburrimiento. Creemos que si las cosas se han vuelto pacíficas, perdimos la chispa.
Una buena relación es donde te sientes seguro y estimulado. Es cuando te sientes visto y emocionado. Una relación sana es donde te sientes escuchado sin tener que gritar. Es donde te sientes amado sin tener que hacer pequeño. Es donde te sientes respetado en silencio, no solo valorado en público. Es donde te sientes deseado por quien eres, no solo por lo que ofreces. Es una relación donde te sientes impulsado a crecer, nunca presionado para actuar. Un lugar donde la paz no es aburrida.
Así que el amor verdadero no elige entre la calma y la química. Te da ambas. Muchas veces creamos drama en las relaciones porque queremos química para acabar después del enfado haciendo el amor como descosidos. Creamos problemas porque buscamos que vuelva la chispa. No nos sentimos cómodos en la paz porque nunca la hemos experimentado antes o porque nos da miedo o porque creemos que es el fin de la relación. Como vemos, las películas románticas han hecho su trabajo.
Permitimos que la gente traiga drama y trauma a nuestras vidas en lugar de paz porque estamos más acostumbrados a ella. Deja de hacerlo.
Amar Sin Límites es Autoabandono
Es fácil perderse en el enamoramiento pero un apego sano requiere un fuerte sentido de identidad. Sin límites, el amor se convierte en complacer a los demás y autoabandono. No puedes construir un nosotros hasta que te pongas límites. Escribe una lista de tres valores emocionales innegociables que quieres en tu relación. Cosas que no cederás sin importar quién sea. ¿Eres de los que se distancia por completo y se olvida de sus amigos cuando estás en una relación? ¿Ignoras por completo a todos? ¿Ya no respondes a los mensajes de tus amistades? ¿Ya no sales con ellos? Has encontrado a tu ‘media naranja’ y estás missing. Pero de repente esa persona rompe contigo y es cuando te das cuenta de que está solo, de que no tienes amigos. ¿Has renunciado a todas tus aficiones, a tu estilo de vida? Dejas de hacer ejercicio, dejas de comer sano, dejas de ir a los lugares que amabas porque tienes pareja. No hagas de esa persona tu identidad.
No hagas de tu pareja tu todo. Que no sea lo único que te importa. Porque si la dejas o te deja, te sentirás aislado, más solo que la una y vacío. Si pones tus límites se acercarán las personas adecuadas y se alejarán las incorrectas. Tus límites harán de filtro ya que no crean distancia sino que revelan quién está dispuesto a recibirte con respeto. Las personas que se van cuando estableces límites en realidad nunca estuvieron ahí para ti sino solo para sacar provecho de ti.
Los correctos no se ofenden, lo entienden. Los límites no bloquean el amor, lo protegen, le dan seguridad. Si estableces límites sobre lo que no estás dispuesto a tolerar, no te quedarás cuando la gente no los respete. Si estableces límites que protejan lo que valoras, no te quedarás cuando esa persona no cambie su comportamiento. Muchos de nosotros aceptamos, toleramos y permitimos dar espacio a la otra persona para que se comporte mal con nosotros porque nunca establecimos ni un solo límite. A todos nos han hecho daño, se han aprovechado de nosotros, nos han estafado, y cuando miras atrás, te das cuenta de que esa persona siempre te estaba mostrando quién era desde el principio pero seguiste permitiendo que fuera así. No fue tu culpa pero permitiste que continuara haciéndote daño, es decir, no quisiste ver ni asumir tu responsabilidad. Y eso es lo que no tenemos que repetir ni permitir. ¿Como? Pues poniendo límites.
Sobreestimamos la felicidad que nos harán ciertos momentos: Citas, aniversarios, bodas o grandes viajes. Pero, ¿qué predice realmente una conexión a largo plazo?
¿Cómo se siente estar juntos una noche de martes cualquiera? El amor a largo plazo no se construye en momentos destacados. Se construye en los momentos de tranquilidad. Pregúntate: ¿Seguiría queriendo estar con esta persona si no volviera a ocurrir nada emocionante? Porque habrán muchos martes por la noche. La vida se trata de cómo te sientes con tu pareja un lunes por la mañana antes del trabajo. La vida se trata de cómo os sentís al llegar a casa después de trabajar. La vida no se trata de las vacaciones ni de los viajes una vez al año, ni del día de la boda. Eso es sólo el uno por ciento de la experiencia con esa persona. Y este ridículo porcentaje puede llegar a cubrir de mala manera las grietas de una relación disfuncional. Pero una buena relación hará que los momentos emocionantes sean aún mejores. Los viajes se sentirán como una adrenalina increíble. Pero tiene que ser buena sin todo eso. Creemos que necesitamos grandes sensaciones pero una conversación auténtica da calma y paz al sistema nervioso y eso es estar en casa, eso es Amor.
Diferencia entre Química y Compatibilidad
Tu cerebro anhela la novedad y es por eso que las nuevas relaciones son tan adictivas. Pero con el tiempo, la dopamina se desvanece y confundes eso con el desvanecimiento del amor. Lo que realmente está ocurriendo es que tu cerebro se está ajustando. El subidón de la lujuria desaparece y es cuando tiene que aparecer la seguridad que no hay que confundir con aburrimiento.
Pasado el tiempo, ¿te sientes más visto o más ignorado? ¿Te sientes seguro o solo te sientes estimulado? Si solo te emocionan, es química. Si calman tu sistema nervioso, es cariño. Si hacen que tu corazón se acelere pero tu mente nunca descansa, eso es adrenalina, no compatibilidad. Si siempre estás adivinando, no es pasión sino confusión emocional. Si te sientes visto solo cuando eres perfecto, eso es agotador y no es amor ni compatibilidad. Si desaparecen en momentos difíciles o de bajón, eso es entretenimiento, no compromiso. El amor verdadero no solo es pasión, es entereza. Trae paz a tu caos, no más caos a tu paz. Es quien regula tu sistema nervioso, no quien lo desencadena constantemente porque la seguridad no mata la conexión, la profundiza y, por cierto, no sólo es esa persona la que tiene que estar a tu lado en todos los sentidos, tú también.
¿Qué haces tú por esa persona?¿Estás presente o desapareces en los momentos difíciles? ¿Estás solo en los momentos de excitación? Una relación es aquella en la que ambos estáis dispuestos a darse paciencia para crecer y compromiso para crecer juntos.
Eso es una relación. Así es como funciona en la realidad. Conocerás a personas que no saben escuchar. ¿Tienes la paciencia suficiente para esperar a que aprendan y a aprender? Saldrás con personas que no son emocionalmente inteligentes o que no saben expresar sus emociones. ¿Estás dispuesto a esperar y están dispuestos a aprender? Conocerás a personas que sabrán que llevas mucho equipaje. ¿Estarán dispuestas a esperarte y tú a sanar? Esas son las únicas preguntas. No habrá una persona perfecta que ya hable tu ‘idioma’, que ya sea emocionalmente inteligente y que sea perfectamente perfecta.
Es la relación la que logra la sanación. Eso es parte de la sanación. Las únicas dos preguntas que hacen que una relación sea exitosa son: ¿Estás dispuesto a esperar y acompañar? ¿Están dispuestos a sanar? ¿Están dispuestos a esperar?
Una relación, una sana, es donde ambos son pacientes mientras la otra persona sana, o ambos sanan. Solemos creer que conoceríamos a alguien perfectamente formado, perfectamente sanado, ya iluminado, ya emocionalmente inteligente, y que simplemente nos encontraríamos. Ese es el mayor error que puedes cometer, especialmente si crees que porque ya fuisteis a terapia antes de conoceros todo será perfecto. Su estilo de apego afectará el tuyo. No eres inmune al de tu pareja.
Una persona segura te dará seguridad. Una persona evasiva puede hacerte sentir ansioso, incluso si no lo eras antes. Nuestros estilos de apego se adaptan al entorno emocional en el que nos encontramos. A quien elijas calmará tu sistema nervioso o despertará tu instinto de supervivencia. Ahora bien, es importante que observes. ¿Me siento más regulado o más reactivo a su alrededor? Tu cuerpo lo sabe antes que tu cerebro. La forma en que fueron amados moldeará cómo te aman. La forma en que fueron cuidados moldeará cómo te cuidan. Si les enseñaron que el amor se gana, podrían exigirte que demuestres constantemente que les amas. Si les enseñaron que el amor es impredecible, podrían poner a prueba tu consistencia. Si nunca fueron escuchados, podrían no saber escuchar. Si nunca los han abrazado, tal vez no sabrán cómo hacerlo. La gente ama a través de la lente de lo que ha sobrevivido.
No eres responsable de su pasado pero sí de cómo proteges tu corazón en el presente. Sus heridas no son tu culpa y aunque esté haciendo terapia o esté en proceso de sanación no deberías perder tu paz. Una relación verdadera es aquella en la que estamos dispuestos a comprometernos a sanar juntos desde la madurez y la calma. Y ni tampoco podemos dar barra libre al victimismo, a la manipulación o a la agresión como excusa a nuestras heridas del pasado.
Y si intentas encontrar a alguien que sea exactamente igual a ti o que te complemente a la perfección desde el primer día, lo más probable es que lo busques para siempre y mueras en el intento.
Lo Familiar suele ser Disfuncional
Tus preferencias por alguien se moldean por lo que has repetido, no por lo que mereces. Tiendes a caer en lo que te resulta familiar y la mayoría de las veces familiar no es lo mismo que sano. Si el caos era la norma durante tu infancia, el amor sin drama podría resultarte aburrido. Que te resulte familiar no significa que sea correcto, sano y funcional. Escribe los tres patrones emocionales principales que repites constantemente en tus relaciones. Y luego pregúntate, ¿dónde aprendí que eso era normal? A veces lo que se siente como amor es solo una herida bien profunda. Es el caos que se siente familiar, la inconsistencia que se siente normal, la indisponibilidad emocional que se siente como un desafío que necesitas ganar. Crees que te atraen pero en realidad, te atrae lo que has sido condicionado a sobrevivir. Lo llamas química pero tu sistema nervioso lo llama peligro. Crees que es amor porque duele de la misma manera que cuando eras pequeño y buscabas amor. Eso no es amor sino memoria de tu inconsciente. Eso no es conexión sino tu herida o un mal hábito. ¿Cómo rompemos ese mal hábito? Nombra tu patrón. Pregúntate a ti mismo, ¿esto que siento ahora es lo mismo que sentía cuando pedía amor?
La comprensión de lo que estás viviendo es la primera ruptura del círculo vicioso. Luego, te toca poner el freno al piloto automático. Cuando alguien despierte esa chispa familiar, haz una pausa y pregúntate: ¿Es esto saludable o simplemente familiar? Pero ojo porque a veces cuando hay algo que no nos gusta no tiene por qué ser malo sino puede ser un desafío para que crezcas. La línea puede ser muy delgada.
Y a veces, cuando algo no es saludable en una relación, pensamos que es porque esa persona necesita crecer. Cuando en realidad, podría ser que tú también lo necesites.
Lo que también es importante es que te preguntes qué valores tiene que tener tu relación de pareja. Escribe lo que si y lo que no es amor para ti. Y escribe cómo quieres sentirte en la relación.
Y, por cierto, deberíais hacer esto juntos porque puede ser que tus valores no coincidan con los de tu pareja. ¿Ambos veis el amor como seguridad? ¿Ambos veis el amor como reconocimiento, compromiso, lealtad…? ¿Tenéis los mismos valores?
Pero antes de nada es importante que te concedas lo que buscas. Es decir, validación, presencia, aprobación… Concédetelo a ti mismo a diario para no tener que negociar ni rogárselo a nadie más.
Deja de perseguir fuegos artificiales y empieza a construir una vida auténtica y real.
 
 
 
 
