Es un poco cansino que todo el mundo se queje de que no le llega para pasar el mes, de que llueve, de que hace calor, de que el hijo se ha marchado de casa, de que el hijo sigue viviendo en casa, de que la culpa es del gobierno (da igual quién esté), de que… (pon tu queja). Quejarse, quejarse y quejarse…
Estoy convencida de que si cambiáramos de Actitud y no me refiero a hacer manifestaciones y ‘acampadas’ en la Puerta del Sol, sino cambiar nuestra actitud interior y empezar a creer más en nosotros mismos sin tener que depender de los otros, otro gallo cantaría. Es quitar toda esa basura mental de nuestra cabecita, hacer un reseteo y hacer limpieza interna para reencontrarnos con nuestro verdadero Yo (al ego dejarlo anestesiado), a nuestra Alma, a nuestros instintos, a nuestras intuiciones pero ojo, sin creer que los gurús y demás maestros o vende humos tienen la solución. La solución está en nuestro interior (si esto ya es repetitivo y empalagoso) ya sea porque quieres volver a recuperar tu peso auténtico, como que desaparezca tu enfermedad o vivir al lado del mar, da lo mismo, la solución es hacer caso a tu Intuición, comunicárselo a tu mente y luego ponerte en acción porque lo que está claro que por mucho que visualices la casa en la montaña no va a venir la montaña a tu barrio. Así que la frase ‘si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña’ es literal, eso si luego hay que buscar la casa.
Es tu mente la que condiciona tu vida, la que hace que o seas un desgraciado o vivas tranquilamente en paz y sin rencor ni resentimientos. Es más fácil de lo que parece pero ya sé que con tanta información mediática que va a una velocidad abismal hace que perdamos el Norte y estamos más desconectados que el Wi-Fi de casa.
Desde este espacio te digo: Túmbate, respira, si, respira como cuando eras pequeño, por el ombligo. Deja las tensiones, deja que los pensamientos inútiles se vayan y da paso al silencio, a tu Silencio Interior y cuando lo hayas conseguido, pregúntate a ti mismo, pero no a ese o esa que tiene un trabajo, una familia, una hipoteca, un préstamo…, sólo a ti, qué es lo que no funciona en tu vida; qué es lo que te hace que no puedas conseguir aquello que de corazón deseas; qué es lo que te paraliza o te ciega. ¿Será tanta queja? Cuando la descubras, mejor dicho, cuando la reconozcas, ponte en ello, empieza a eliminar de tu vida todo lo que te sobra (ya sean kilos, amistades, ropa, objetos, emociones, patrones de actuación obsoletos…) y cuando empieces a notar esa ligereza, es el momento de elegir cómo quieres que sea realmente tu Vida, en mayúsculas. Amigos míos, que yo sepa sólo tenemos Una.
Es imposible, pensaréis con las manos en la cabeza, bueno, pues seguimos así, programados, dormidos con el camisón de franela comprado en las rebajas dejando pasad los días, los meses, los años y cuando seamos ancianos seguiremos repitiendo la misma frase que han dicho nuestros ancestros: ¡Ay si yo fuera de nuevo joven… La cantidad de cosas que hubiera hecho!
‘Si la idea de carencia (dinero, reconocimiento o amor) ha llegado a formar parte de lo que crees que eres, siempre experimentarás carencia. (…) Lo que crees que el mundo te está negando se lo estás negando tú al mundo’. Eckhart Tolle.
Esto no va del rollo espiritual o hierbas que nos están vendiendo sino de que conectes con tus verdaderos Valores, que haya Coherencia con lo que piensas, dices y haces y no sólo por Respeto (aquí ya un valor) a los demás sino por respeto hacia ti mismo. Así podrás tomar decisiones desde la Seguridad y la Confianza no desde la carencia o el miedo. Una decisión tomada desde la carencia o el miedo es sinónimo de fracaso y no hablo de fracaso para tu empresa, negocio o familia sino también fracaso hacia ti mismo por no creer en que tu auténtica opinión y Decisión valen. Si le das Valor a tus decisiones te aseguro que más tarde o más temprano aparecerá el Éxito y el éxito no es sólo estar en la cima de la montaña puede ser estar en esa casa con la chimenea puesta y la Conciencia bien tranquila, en definitiva, en Paz.
