La Paradoja de tu ZONA de CONFORT

La Paradoja de Tu Zona de Confort

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Todo crecimiento comienza al final de tu zona de confort. Tony Robbins, escritor de bestsellers, filántropo, conferenciante y coach que ha creado un imperio empresarial millonario.

La comodidad es la verdadera causa de tu estancamiento. Nos encanta decir que estamos estancados en la vida porque el mundo es injusto, y sí, la vida puede ser injusta, pero a menudo esa no es la verdadera razón por la que estamos estancados. La dura realidad es que estamos estancados ​​porque la comodidad nos tiene anestesiados. No estás estancado porque el mundo sea injusto sino porque la comodidad te controla. ¿Te acuerdas de la parábola de la rana en agua tibia? Si dejas caer una rana en agua hirviendo, salta inmediatamente. Pero ponla en agua tibia y caliéntala lentamente. No notará el peligro hasta que sea demasiado tarde. Así es como funciona nuestra comodidad. No te espabila y te dice que estás desperdiciando tu vida sino que te susurra que estás muy bien aquí, que no te presiones, todo poco a poco, tal vez mañana… 

Y antes de que te des cuenta, han pasado diez años, veinte años o más. A esto se le llama sesgo de estatus quo: Tendencia psicológica a preferir que las cosas permanezcan como están, en lugar de cambiar, y a considerar que el cambio es un riesgo o una pérdida. Prefieres opciones ya predeterminadas, te resistes a la innovación y al cambio e incluso cuando las alternativas podrían ser beneficiosas. Este concepto se basa en la familiaridad de lo conocido y en la percepción de que cualquier cambio implica riesgos desconocidos. Evitas la opción de cambio porque prefieres la seguridad de lo conocido. Más vale malo conocido que bueno por conocer, ¿te suena?

Como hemos visto anteriormente en otros artículos, nuestro cerebro prefiere la seguridad de lo que es familiar, incluso si no nos sirve o es disfuncional. Las investigaciones muestran que cuando las personas se enfrentan al cambio, la mayoría prefieren quedarse con una situación mediocre que arriesgarse a la incertidumbre de una mejor. Ese sesgo es la razón por la que las personas permanecen en trabajos insatisfactorios, relaciones tóxicas o hábitos poco saludables, no porque no puedan cambiar, sino porque la comodidad los engaña para que no quieran hacerlo. 

Thich Nhat Hanh, el monje budista que Martin Luther King propuso para el Nobel de la Paz y le enseñó a Occidente el mindfulness, dijo que elegiremos el dolor familiar sobre el cambio desconocido. Elegimos algo que nos duele porque nos resulta familiar, en lugar de elegir algo que no reconocemos que podría ser mejor para nosotros. 
Un estudio de 2017 publicado en Frontiers in Psychology descubrió que más del 80 por ciento de las personas eligen la opción predeterminada en experimentos, incluso cuando hay mejores alternativas disponibles, simplemente para evitar el cambio. Las encuestas de Gallup, empresa que se dedica a la investigación de mercados y a la realización de encuestas de opinión pública, muestran que el 85 por ciento de los empleados en todo el mundo están desconectados en el trabajo, pero la mayoría no se va y no por falta de capacidad, sino porque la comodidad se siente más segura que el crecimiento.

Entonces, si sientes que no avanzas, no culpes a los demás. Pregúntate: ¿Estoy realmente atrapado o simplemente cómodamente estancado? Porque la comodidad es más peligrosa que el fracaso. El fracaso te despierta. La comodidad te adormece. No avanzas esperando el momento perfecto. Avanzas liberándote de la sedación de la comodidad al elegir el crecimiento, incluso cuando se siente incómodo, arriesgado o difícil. La vida puede ser injusta pero no necesitas garantías sino agallas. No necesitas condiciones perfectas sino persistencia. No necesitas igualdad de oportunidades sino tomar buenas decisiones. No necesitas suerte, sino influencia y constancia. Estoy de acuerdo contigo en que la vida puede ser injusta y en que las cosas necesitan cambiar. Estoy de acuerdo contigo en que necesitamos intentar cambiarlas, pero también necesitamos tomar el control de nuestra vida para que eso ocurra o mejor dicho responsabilizarnos de nuestra vida y ser conscientes de que nuestras acciones y elecciones son importantes para tener resultados coherentes y satisfactorios.

Los datos muestran que el 90 por ciento de los nuevos negocios fracasan. Es brutal. Pero quienes lo intentan, incluso cuando fracasan, tienen muchas más probabilidades de tener éxito la siguiente vez. Un estudio de la Escuela de Negocios de Harvard descubrió que los emprendedores que fracasaron la primera vez tenían más probabilidades de tener éxito después de que quienes nunca lo intentaron. Esto es lo interesante. Si no lo intentas siempre perderás pero si fracasas la primera vez, probablemente podrías ganar la segunda o la tercera. El fracaso no es un callejón sin salida sino una evidencia de que estás desarrollando resiliencia, habilidades y conocimientos. Los psicólogos lo llaman inoculación del estrés y crecimiento postraumático.

Inoculación del Estrés y Crecimiento Postraumático 


La inoculación del estrés es un tratamiento cognitivo-conductual que prepara a las personas para manejar situaciones estresantes y traumas, enseñándoles habilidades de afrontamiento. El objetivo es prevenir o reducir la respuesta de estrés y sus síntomas, como los del trastorno de estrés postraumático, mediante psicoeducación, técnicas de relajación y reestructuración cognitiva. 

El crecimiento postraumático se refiere a un cambio psicológico positivo que puede ocurrir después de vivir un trauma significativo, como una mayor apreciación de la vida o una mayor fortaleza personal. 


Enfrentar desafíos condiciona el cerebro y el cuerpo para poder con más. La lucha fortalece los mecanismos de afrontamiento, la resistencia emocional y las habilidades para resolver problemas. La neurociencia demuestra que cuando nos ponemos a prueba, nuestro cerebro se reconfigura. La corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones y la regulación, se vuelve más resiliente a través del esfuerzo. Por lo tanto, luchar la primera vez, fracasar y perder te prepara para ganar. Un estudio en psicología descubrió que las personas con adversidad moderada reportaron mejor salud mental y mayor satisfacción vital que quienes no la experimentaron. Una vida demasiado tranquila, en realidad, nos debilita. Actualmente somos unos blandos porque ahora caen cuatro gotas y ya no salimos de casa. Y estamos haciendo una generación de jóvenes cada vez más blandos que a la mínima que tienen un disgusto se convierte en un dramón. Me fascina cómo algunos de nuestros mejores momentos pueden, en realidad, debilitarnos, y cómo algunos de nuestros peores momentos pueden hacernos fuertes y poderosos. Los expertos sobre resiliencia muestran que la exposición a las dificultades predice la adaptabilidad en futuras crisis. Esa es la habilidad que se desarrolla. Así que si estás luchando, no significa que estés perdiendo. Significa que eres lo suficientemente valiente como para enfrentarte a la vida.

Quienes nunca luchan, están en las gradas, seguros, cómodos y con un potencial malgastado. Luchar no es señal de debilidad sino de que estás haciendo algo real, que te hace más fuerte y preparado. No confundas intentarlo con fracasar. No confundas practicar con perder. No confundas aprender con debilidad. No confundas quedarte atrás con estar fuera de la carrera. No confundas empezar de nuevo con empezar desde cero.

Aprendizaje Latente

Pero ojo que hay gente que parece que esté en la zona de confort y está desarrollando en proceso, no se queda atrás sino que está desarrollando habilidades. Pero desde fuera puede parecer que estás estancado. Los psicólogos llaman a esto aprendizaje latente: Conocimientos y habilidades que no muestran resultados inmediatos, sino que emergen más tarde cuando las condiciones cambian. También está ligado al concepto de práctica deliberada, y como demuestra la investigación del psicólogo Adners Ericsson, la experiencia no se trata solo del tiempo invertido, sino del esfuerzo invertido. El trabajo lento e invisible es lo que crea la maestría. Así que la práctica deliberada es un método de entrenamiento enfocado y estructurado para mejorar una habilidad específica, que consiste en descomponerla en partes más pequeñas y trabajar en cada una de ellas de forma individual y consciente. Sus características clave son: Tener un objetivo claro, recibir retroalimentación inmediata para corregir errores, salir de la zona de confort y practicar de manera repetitiva. 

Así que en estos casos el progreso parece lento en el momento pero se acelera después por lo que cuando te sientes atrasado, no es que estés fracasando, es que tus habilidades se están incubando. El mundo solo ve resultados, pero la psicología demuestra que las habilidades invisibles, la resiliencia, la persistencia y la paciencia son los rasgos que predicen el éxito a largo plazo. Deja de medir tu vida solo por los resultados.

La Zona de Confort

La frase ‘zona de confort’ fue acuñada por la pensadora de gestión Judith Bardwick en su obra de 1991 ‘Peligro en la zona de confort‘.

‘La zona de confort es un estado conductual en el que una persona opera en una condición neutral ante la ansiedad, utilizando un conjunto limitado de comportamientos para ofrecer un nivel constante de rendimiento, generalmente sin sensación de riesgo‘.

Dentro de la zona de confort, no hay muchos incentivos y es donde nos dedicamos a rutinas sin riesgo, lo que provoca que nuestro progreso se estanque.

Pero realmente el concepto se remonta a un tiempo más remoto ya que en 1907, los psicólogos Robert Yerkes y John Dodson realizaron uno de los primeros experimentos que iluminaron un vínculo entre la ansiedad y el rendimiento.

Observaron que los ratones se motivaban más para completar laberintos al recibir descargas eléctricas de intensidad creciente, pero solo hasta cierto punto. Por encima de cierto umbral, comenzaban a esconderse en lugar de actuar. Y se observó un comportamiento similar en seres humanos. La Ley de Yerkes-Dodson postula que el rendimiento aumenta con el estrés moderado pero se reduce cuando el nivel de estrés es excesivamente alto o demasiado bajo. Esta relación forma una curva de U invertida donde el estrés actúa como un motivador hasta un punto óptimo, tras el cual se convierte en un obstáculo para la eficiencia. 

La Ley de Yerkes-Dodson no sólo es válida para tipos de desempeño más tangibles, como cuando nos asignan una nueva tarea estresante en el trabajo, sino también en muchas áreas de la vida, como comprendernos a nosotros mismos, relacionarnos con los demás, etc.

La idea central es que nuestro sistema nervioso tiene una zona de excitación ideal. Si es insuficiente, permanecemos en la zona de confort, donde se instala el aburrimiento. Pero si es excesivo, entramos en la zona de pánico, que también frena el progreso.

De la Zona de Confort a la Zona de Crecimiento

Se necesita valentía para salir de la zona de confort ya que entrarás en la zona de miedo pero no del pánico. Lo que sin una ruta clara, no habrá forma de aprovechar las primeras experiencias y esto te puede generar ansiedad. Sin embargo, si perseveras lo suficiente, entrarás en la zona de aprendizaje, donde adquirirás nuevas habilidades y afrontarás los desafíos con estrategia.

Sólo puedes crecer si estás dispuesto a sentirte incómodo y torpe cuando intentas algo nuevo. Brian Tracy, escritor de desarrollo personal con más de setenta libros que se han traducido a más de una docena de idiomas.

Tras un periodo de aprendizaje, se crea una nueva zona de confort, que amplía la capacidad de alcanzar metas aún mayores. Esto es lo que significa estar en la zona de crecimiento.

Es importante ser conscientes de que, como ocurre con la mayoría de los intentos de cambio de comportamiento, avanzar hacia la zona de crecimiento se vuelve más difícil sin cierto nivel de autoconciencia. Para salir de tu zona de confort debes desarrollar una intuición para identificar dónde se encuentra tu zona de miedo o si hay zona de pánico. Afrontar desafíos que se encuentran en un punto intermedio te impulsará, lo que te llevará al crecimiento y al aprendizaje.

Normalmente el proceso de pasar de la zona de confort a una zona de crecimiento no suele ser lineal. Seguro que encontrarás piedras en el camino. A veces, incluso necesitarás retirarte a la zona de confort y reponer fuerzas para volver a salir. Si eres consciente de este proceso serás más tolerante a la incertidumbre.

Beneficios si sales de la Zona de Confort

1. Autorrealización

El concepto se popularizó gracias a la teoría de la motivación humana de Abraham Maslow (1943), que describió de la siguiente manera: Lo que un hombre puede ser, debe serlo. A esta necesidad podríamos llamarla autorrealización.

La jerarquía de necesidades de Maslow funciona como una escalera, donde la satisfacción de nuestras necesidades básicas y psicológicas es análoga a vivir en la zona de confort. Pero, seamos conscientes o no, la teoría argumenta que nuestro siguiente requisito es el crecimiento y la realización personal.

Un intento de autorrealización es cuando decides abandonar la zona de confort para hacer algo que se alinee con tus valores porque salir de tu zona de confort para hacer algo que no vibra contigo es un poco incoherente o autoengaño y tienes muchas posibilidades de que sea un caos, o incluso peligro, en vez de un logro.

Hay mucha gente de culo inquieto que se tira a la piscina sabiendo que no hay agua y luego se queja de que no ha salido bien. Eso se llama hacer locuras o irresponsabilidad no salir de la zona de confort.

2. Desarrollo de una Mentalidad de Crecimiento

La investigación sobre las mentalidades de la psicóloga de Stanford, Carol Dweck, distingue entre dos sistemas de creencias opuestos: Mentalidad fija y Mentalidad de crecimiento.

Con una mentalidad fija, las personas creen tener dosis fijas de cada habilidad, con un límite correspondiente a lo que pueden lograr. El fracaso revela incompetencia, y la crítica se convierte en un golpe fatal para la autoestima. Y la mentalidad de crecimiento significa reconocer a los humanos como maleables. Según Dweck, los reveses se convierten en oportunidades de aprendizaje y nuestro potencial se vuelve ilimitado.

Salir intencionalmente de la zona de confort va de la mano con el desarrollo de una mentalidad de crecimiento. Mientras que la mentalidad fija nos mantiene atrapados por el miedo al fracaso, la mentalidad de crecimiento amplía las posibilidades. Nos inspira a aprender y a asumir riesgos saludables, lo que nos lleva a resultados importantes en todos los ámbitos de la vida.

3. Resiliencia y Antifragilidad

El hábito de expandir nuestra zona de confort nos capacita para afrontar el cambio y la ambigüedad con mayor aplomo, lo que nos lleva a la resiliencia.

El ensayista, investigador y financiero Nassim Taleb introdujo el concepto de sistemas antifrágiles, es decir, ‘prosperar y crecer cuando se exponen a la volatilidad, la aleatoriedad, el desorden y los factores estresantes’. Ejemplos claros son el sistema inmunológico, que se fortalece con la exposición a patógenos; el cuerpo humano, que se adapta y fortalece con el ejercicio; y la mente, que se vuelve más sabia tras superar dificultades. En su libro, Antifragil, las cosas que se benefician del desorden, Taleb desafía nuestra confianza en las predicciones basadas en el pasado, destacando las limitaciones de nuestra percepción de la aleatoriedad y la tendencia humana a simplificar y generalizar. Y aboga por una mentalidad de apertura a la incertidumbre, la aceptación de lo desconocido y la preparación para lo improbable, no solo para mitigar riesgos, sino también para aprovechar oportunidades.

Pero ojo, que la antifragilidad no es tirarse a la piscina sin agua, tal vez sería como ir a hacer surf un día de lluvia.

Por tanto, la resiliencia y la antifragilidad no son lo mismo. La resiliencia es la capacidad de resistir y volver al estado original tras una adversidad, mientras que la antifragilidad es la capacidad de mejorar y prosperar a partir de esa adversidad. Un sistema resiliente se recupera pero un sistema antifrágil se fortalece con los golpes y el estrés. 

Has calibrado la vida cuando la mayoría de lo que temes tiene la excitante perspectiva de la aventura. Nassim Taleb.

4. Mayor Autoeficacia

Según el psicólogo Albert Bandura, la autoeficacia se define como la creencia en la propia capacidad para organizar y ejecutar las acciones necesarias para alcanzar un objetivo. Es una creencia fundamental que influye en la motivación, el compromiso y la perseverancia ante los desafíos, ya que si se cree que se puede lograr algo, es más probable que se intente. Esta teoría es un pilar de la Teoría Social Cognitiva y sostiene que las expectativas de uno mismo sobre sus habilidades afectan su comportamiento, metas y éxito. 

Salir de la zona de confort implica una fase de prueba y error, durante la cual es inevitable alcanzar cierto nivel de éxito. Experimentar este éxito fortalece nuestra autoeficacia.

Aunque estos beneficios son muy beneficiosos, tenemos que ser conscientes de que no sucederán de la noche a la mañana pero seguro que irás acumulando logros y confianza suficiente para ya no tener miedo a salir de tu zona de confort, es decir, de vivir la vida.

Distrés y Eustrés

Tenemos que hacer una segunda lectura al estrés porque fisiológicamente no existe diferencia entre la ansiedad y la excitación (Smith, Bradley y Lang, 2005). Ambas implican una respuesta al estrés, pero que se perciban como positivas o negativas es cuestión de cómo tú las etiquetes.

Tendemos a conceptualizar todo estrés como ‘malo’ pero el eustrés es una forma de estrés beneficioso que nos motiva, aumenta nuestra energía y nos ayuda a superar desafíos, generando una sensación de satisfacción y bienestar. Este «buen estrés» es beneficioso para la salud física, mental y emocional, fomentando la motivación, el enfoque y la creatividad. En cambio el distrés (el estrés negativo), produce efectos perjudiciales para la salud. El eustrés proporciona la energía necesaria para dar un discurso en público, tener una cita romántica, hacer un examen, etc. Estos estímulos pueden replantearse como emocionantes, impulsándote a salir de la zona de confort.

Ver los desafíos como oportunidades, cambia la perspectiva de amenaza a reto.

Comprender la Neuroplasticidad

Un paso esencial para internalizar la mentalidad de crecimiento es la neuroplasticidad que es la capacidad del cerebro para reorganizar su estructura, función y conexiones neuronales en respuesta a estímulos, aprendizaje, experiencias, lesiones o enfermedades. Permite al sistema nervioso adaptarse y cambiar a lo largo de la vida, creando nuevas sinapsis y fortaleciendo las existentes para aprender y recuperarse de daños.  

La relación entre la neuroplasticidad y la teoría de la mentalidad de Dweck es que la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro de formar nuevas conexiones neuronales, es la base biológica de la mentalidad de crecimiento. La teoría de Dweck sostiene que las habilidades se pueden desarrollar a través del esfuerzo y el aprendizaje, lo cual es posible gracias a que el cerebro es maleable (plástico) y puede cambiar a lo largo de la vida. 

Según la teoría de Dweck que se basa en la flexibilidad y la adaptabilidad nos enseña que el fracaso en sí mismo se vuelve parte integral del viaje.

Priorizar y Presencia

Ocupar la zona de confort no siempre es perjudicial. Por ejemplo, podría ser razonable permanecer en la zona de confort cuando estás de vacaciones y no quieres hacer deportes extremos aunque si vas de retiro si o si tendrás que salir de tu zona de confort.
Ser consciente de los límites de tu zona de confort es un gran primer paso, y con el tiempo, puedes ampliar ese espacio para abarcar más actividades y experiencias.

El objetivo es identificar las áreas de la vida donde la comodidad excesiva perjudica más que beneficia. 

Creatividad

Los esfuerzos creativos consisten en adentrarse en lo desconocido, con el fracaso y el consiguiente aprendizaje como resultados esperados.

Ejercitar la creatividad es una buena forma de entrenarse para tener una mentalidad de crecimiento y dejar de lado la necesidad de perfección desde el principio.

Desafía tus creencias para llegar con más facilidad a tu creatividad. Si bien explorar perspectivas alternativas puede resultar incómodo, permite el crecimiento y el conocimiento al desafiar creencias arraigadas, obsoletas y que ya no te representan.

Esto puede adoptar diversas formas, como leer libros de diversos géneros, diversificar las conversaciones y visitar nuevos lugares. Es fácil estancarse en nuestras costumbres, pero esto puede llevar a la complacencia, un sello distintivo de estar en la zona de confort.

Comunicación Honesta

Cuando se utiliza con sensibilidad, la honestidad puede ser un gran catalizador para el crecimiento personal. Ya sea siendo sincero contigo mismo o decirle a alguien cercano cómo te sientes, la honestidad nos obliga a salir de nuestra zona de confort. A través de la comunicación honesta, podemos comprendernos mejor y construir vínculos más profundos con los demás.

Todos tenemos Potencial

Puedes conformarte con lo conocido, lo aparentemente seguro, familiar y rutinario. O puedes abrirte a las oportunidades de crecimiento, desafiando tu statu quo personal y descubriendo de qué eres capaz.

Cuando esto se convierte en un hábito, los beneficios que se cosechan a lo largo de tu vida son abundantes. No solo se reducen las decepciones y se evitan los arrepentimientos, sino que también alcanzamos nuestro máximo potencial humano, inspirando a los demás.

Hasta que seamos capaces de ir más allá de lo que nos resulta cómodo, no podremos crecer ni desarrollarnos más allá de nuestros límites autoimpuestos. Hasta que no salgas de tu zona de confort y consideres ideas alternativas, no sabrás realmente qué sabes, ni siquiera por qué crees lo que crees.

Ser capaz de afrontar un miedo y superarlo fortalece la autoestima, y ​​el cerebro responde con un impulso de dopamina y habrá menos estrés en tu cuerpo la próxima vez que te enfrentes a lo que una vez te causó miedo. Así es cuando tu potencial hace acto de presencia.

Según la Dra. Abigail Brenner, psiquiatra de San Francisco, una zona de confort ‘es una construcción psicológica, emocional y conductual que define la rutina de nuestra vida diaria que implica familiaridad, seguridad y protección’.
Si bien las zonas de confort fomentan la serenidad y la calma, también pueden inhibir el crecimiento. Debemos saber equilibrar estas fuerzas para así alcanzar nuestras metas fuera de la zona de confort y volver a ese espacio para recargar energías, reflexionar pero sin que te adormezca o te quite tu potencial.

En física, la Primera Ley del Movimiento de Isaac Newton dicta que ‘un cuerpo en reposo permanecerá en reposo a menos que una fuerza externa actúe sobre él, y un cuerpo en movimiento permanecerá en movimiento a menos que una fuerza externa actúe sobre él’. Traducido a la zona de confort: No puedes progresar si te quedas quieto.

La psicología enfatiza la necesidad de equilibrar el tiempo que se pasa en la zona de confort para descansar con el tiempo que se pasa en la zona de crecimiento para desarrollar la confianza y desarrollar las capacidades propias.

  • La psicología sugiere que las zonas de confort no son intrínsecamente malas. Son esenciales para el descanso y la recuperación.
  • En lugar de una ‘fuga radical’, el objetivo suele ser expandir la zona de confort de forma intencionada y gradual. Esto genera confianza y enriquece la vida al hacer que las nuevas experiencias sean menos intimidantes con el tiempo.
  • Reconocer las barreras mentales que mantienen a alguien en su zona de confort es el primer paso para superarlas intencionalmente.

La palabra confort tiene su origen en el inglés comfort, que a su vez proviene del latín confortare, que significa ‘fortalecer mucho’. Se compone del prefijo con- (que significa «junto» o «completamente«) y la raíz de fortis, que significa ‘fuerte‘. 
El verbo consolar proviene del latín comfortare, que significa ‘fortalecer mucho’. Consuelo significa mejorar el ánimo o el estado físico de otra persona.

Así que realmente la zona de confort en sus inicios servía para fortalecerse y recuperar fuerzas pero, como somos seres de extremos, se convirtió en sedentarismo, inacción, vaguería y mucho Netflix e Instagram.

Evasión fuera de la Zona de Confort

Sí, estar constantemente fuera de la zona de confort puede convertirse en una forma de evasión porque si bien salir de la zona de confort es clave para el crecimiento, permanecer en una búsqueda constante de lo nuevo sin procesar la experiencia puede llevar a la ansiedad y a una autoexigencia poco saludable. Hay mucha más gente de lo que pensamos y las observamos y las admiramos porque creemos que están evolucionando pero en realidad ese estrés se ha convertido en una de sus peores pesadillas donde no pueden despertar de ellas haciendo que hayan perdido la conciencia de quien realmente son.

Esto puede ocurrir cuando estás siempre fuera de tu zona de confort simplemente para evitar enfrentar la ansiedad, el miedo al fracaso o al rechazo que resultaría de quedarte en una situación que te intimida pero que es necesaria para tu desarrollo. Es típico en la gente en que luego la llevas a un lugar para relajarse y no puede, no saben ya relajarse. Son personas que evitan la meditación, los retiros y todo lo que tenga que ver con el autoconocimiento. Son alérgicos a todo lo espiritual.
Cambiar constantemente de situaciones o experiencias puede impedir la conexión con los demás y con uno mismo, ya que se prioriza lo nuevo sobre el desarrollo de relaciones significativas. 

Estar siempre buscando la próxima aventura puede volverse un fin en sí mismo, sin llegar a procesar las experiencias ni a integrar el crecimiento personal que estas podrían proporcionar. 

Si buscas constantemente nuevas experiencias para sentirte validado o para demostrar que eres valiente o interesante, puedes estar evitando la validación interna y la aceptación de quien realmente eres. 

Tu Zona de Confort te Necesita

La zona de confort proporciona una sensación de seguridad y equilibrio necesarios para la vida. No es un estado que deba ser permanentemente evitado. 
El crecimiento no siempre requiere grandes saltos. A veces, expandir la zona de confort de manera gradual, o incluso simplemente quedarse en ella, puede ser una elección válida y necesaria para tu bienestar. 
Así que nada es blanco o negro. Tenemos que parar y también continuar. Tenemos que descansar y también tomar acción. Tenemos que escucharnos y también escuchar a los demás. Equilibrio, una palabra tan oída y gastada pero que simboliza que un estado de armonía y estabilidad interna que resulta de la integración de los aspectos opuestos de la vida. Implica mantener la calma, la sensatez y la perspectiva en las diversas situaciones vitales, entendiendo que este balance es fundamental para el bienestar general y la conexión con el mundo que nos rodea. Cuanto más cerca estés de tu equilibrio más encontrarás tu lugar en esta Vida donde tu zona de confort y tu zona de crecimiento serán tu hogar.

Yo Isasi

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