Vida Ordinaria

Vida Ordinaria

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La sociedad glorifica lo extraordinario por no decir lo extravagante o excéntrico: Empresarios adolescentes multimillonarios, pop stars juveniles que llenan estadios, influencers virales, dobles de las Kardashian, cuyas vidas parecen iluminadas por los trípodes, los me gusta y el número de followers

En una cultura cautivada por lo extremo, lo ordinario puede parecer, en el mejor de los casos, invisible, y en el peor, irrelevante o mediocre. Y no es que hayamos avanzado mucho porque me acaba de venir a la cabeza la película de Gladiator donde los gladiadores distraían a las masas en el Coliseo y decidían si vivían o morían con el pulgar hacia arriba o el pulgar hacia abajo, hoy en día con los corazones o bloqueando. El emperador Juvenal incluso creó una expresión para esta estrategia: panem et circenses, que significa pan y circo. Ser alimentado y entretenido esto era todo lo que necesitaban los ciudadanos. ¿Pizza y Netflix?

Pero la verdad es que una vida ordinaria es todo menos mediocre. Y lo que el mundo necesita desesperadamente no es espectáculo vacío, sino más gente dispuesta a vivir de manera auténtica sin móviles que nos roban momentos especiales pero los capturan para que otros los disfruten a través de nuestros perfiles. Yo me inclino por vidas ordinarias con cuidados delicadamente extraordinarios.

En el contexto de los seguros de vida, la «vida ordinaria» es un tipo de póliza de seguro de vida permanente que ofrece un beneficio por fallecimiento y una cuenta de ahorros, requiriendo pagos de primas regulares. 

Ordinario no significa Mediocre

Encontrar satisfacción en una vida ordinaria no equivale a ser mediocre. Significa una vida sencilla con un pensamiento tranquilo y consciente, bondad y humildad. Pero no debemos confundir humildad con pobreza porque puedes ser abundante y tener un alma pobre. La palabra humildad proviene del latín humus, que significa tierra. Esta conexión resalta la idea de estar arraigado en la tierra, con los pies en el suelo y en equilibrio. 

Humildad

La humildad es la virtud que implica reconocer las propias limitaciones y debilidades, actuando con modestia, sencillez y respeto hacia los demás. Una persona humilde sabe cuándo necesita ayuda, admite sus errores, valora las ideas ajenas y no presume de sus cualidades. 

  • Una persona humilde es consciente de sus debilidades.
  • Se manifiesta en una actitud de sencillez y moderación, sin actuar con soberbia.
  • Tiene empatía, valora las ideas de los demás y escucha activamente sus puntos de vista.
  • Es capaz de reconocer y pedir disculpas cuando se equivoca.
  • Está abierta a aprender de otros y aceptar críticas constructivas.
  • Sabe cuándo necesita ayuda y que pedirla es una fortaleza, no una debilidad. 

Envidia

Son nuestros pensamientos, ideas y acciones los que nos definen, más que la cantidad y el tamaño de nuestras posesiones materiales pero si nos comparamos constantemente con otros siempre tendremos la excusa para sentir que nuestra vida es una mierda y aquí es donde hace aparición la envidia.

La envidia es un sentimiento de tristeza, enojo o pesar que se experimenta por algo bueno que posee otra persona. Puede manifestarse como un deseo de tener lo que otro tiene, a veces acompañado del deseo de que el otro lo pierda. Es una emoción compleja que surge de la comparación social, el resentimiento y una sensación de injusticia, y a menudo está relacionada con la falta de autoestima.

  • El sentimiento principal es un malestar ante la felicidad o los logros de otra persona.
  • Deseo de lo que otros poseen ya sean bienes materiales, características personales, estructura familiar, logros o habilidades.
  • Sentimiento de injusticia porque siente que se merece lo que el otro tiene o que la situación es injusta.
  • Tendencia a compararse con los demás y sentirse en desventaja.
  • Puede generar un estado de ánimo resentido e indignado, llevando incluso a la ira. 
  • En sus formas más extremas, puede llevar a perjudicar a la persona envidiada o a su éxito ya sea menospreciándola con comentarios o sarcasmo; difundiendo chismes o utilizar información confidencial para perjudicar a la persona envidiada.

El término envidia deriva del latín invidia, con el significado original de mala voluntad o hostilidad. Y una actitud hostil es una conducta que implica oposición, enemistad o agresión hacia otra persona o entorno. Se manifiesta a través de sentimientos de ira y enfado, y puede involucrar acciones como insultos, amenazas o comportamientos agresivos, y se asocia con un patrón de actuación negativa.

La Felicidad es lo que hacemos de ella

La definición de felicidad de cada persona es diferente. La cuestión es que no existe una única definición de felicidad en la vida. Y por esa misma razón, la visión de extraordinario de una persona no puede ser la misma para todos los demás.

Ahí es donde nos equivocamos como sociedad. Intentamos tomar un caso particular y aplicarlo al colectivo. Todos los libros de autoayuda nos dicen que sigamos nuestros sueños, que sigamos nuestro propósito de vida y así que uno ya se imagina que tiene que ser como Jesucristo y por eso ahora todos quieren tener tantos seguidores y superar a Jesús. Esto no funciona así. 

Es importante que sepamos qué significa para nosotros la felicidad, nuestra propia felicidad, dejando al lado esta telenovela mediática. No caigas en la trampa de creer que conseguir ese ascenso o comprar esa casa es tu billete a la felicidad. Claro, podría serlo pero también podría no serlo.

Y ese es un punto esencial que debemos recordar al buscar lo extraordinario en lugar de lo ordinario. La felicidad es realmente lo que nosotros hacemos de ella, no lo que otros dicen que es. Y la felicidad se siente, y si la has sentido es una sensación de paz donde lo que te rodea está en coherencia contigo y con lo que te rodea y no necesitas cambiar nada porque no hay lucha ni resistencia.

Depende completamente de ti cómo quieres vivir tu vida. A menudo lo olvidamos mientras nos esforzamos por dejar huella en este mundo. Ahora todos queremos ser famosos y está perfectamente bien querer y esforzarse por ser famoso y miembro de la alta sociedad pero también está perfectamente bien anhelar una vida sencilla y ordinaria teniendo tu huerto y unas gallinas.

La felicidad desde la perspectiva de un monje budista se centra en entrenar la mente para alcanzar un estado de serenidad y plenitud, no en la búsqueda de placeres instantáneos. Se basa en la práctica constante de la meditación, el altruismo, la compasión y la aceptación de las emociones, incluso la tristeza, para transformar la forma en que percibimos el mundo. 

Einstein dijo: Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica. Yo creo que esa persecución del éxito y la constante inquietud se convertirá en estrés y ansiedad.

Descartes definía la felicidad como aquello que consiste en un perfecto contento de espíritu y en una satisfacción interior que no suelen poseer los más favorecidos por la fortuna, y que los sabios adquieren sin ella.

Y Jean Paul Sartre: La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.

Al monje budista Matthieu Ricard le preguntaron: ¿Puedes darnos los tres secretos de la felicidad? Y contestó: Primero, no hay ningún secreto. En segundo lugar, no hay solo tres puntos. Tercero, lleva toda una vida conseguirla, pero es lo más valioso que puedes hacer.

La tesis de este monje es: Aprende a pensar como Buda (no a creer en un Dios todopoderoso) y serás más feliz. O, lo que es lo mismo, podrás tomarte las cosas con más calma.

La cita ‘la felicidad es lo que hacemos de ella’ es del escritor portugués Fernando Pessoa, quien la utiliza para expresar que la felicidad no es algo externo que se nos da, sino una consecuencia directa de nuestras propias acciones y la forma en que elegimos interpretar nuestra vida. Tú eliges.

Esta cita se asocia con una visión donde la vida, y por ende la felicidad, son construidas por el propio individuo a través de sus elecciones y percepciones. Es una idea que enfatiza la responsabilidad personal en la búsqueda de la satisfacción y el bienestar. 

¿Qué es una Vida Ordinaria?

La vida ordinaria puede tener diferentes significados. Para algunas personas, ordinaria puede ser levantarse y hacer lo mismo todos los días sin aliciente ni motivación pero podría ser levantarse todos los días y hacer lo mismo pero con aliciente y motivación. Una vida sencilla no es mala. No si la eliges.

La gente común y corriente (¿ordinaria?) se esfuerza toda la vida por conseguir algo más, y termina viviendo vidas ordinarias por el hecho de vivir desde la expectativa en vez desde el presente. La sociedad nos dice que debemos ser extraordinarios (o estridentes) si queremos ser importantes y esto puede frustrarnos pero intentar ser extraordinarios porque alguien quiere que lo seamos es precisamente lo que podría significar vivir una vida ordinaria. Yo a esto le llamaría una vida de sacrificio, que en realidad es un no vivir. Y luego está la otra cara de la moneda, donde la sociedad te invita a no hacer nada que sobresalga, es decir, a no llamar la atención y ser sumisos permitiéndonos a hacer un poco de ruido en ciertas circunstancias programadas como partidos de fútbol, conciertos, etc.

Y una vida fuera de lo común podría ser crecer con grandes sueños, de joven te vas de tu pueblo, te mudas a diferentes ciudades, conoces gente nueva, exploras el mundo. Quieres aprovechar la vida al máximo. Hasta el último aliento. Hasta la última gota. Y esto es un arma de doble filo ya que si eres un culo tan inquieto tal vez tengas miedo a parar y formar estructura familiar o comunidad. Y en cambio puedes ser una persona que no se mueve de su barrio en toda su vida y vive una vida plena porque hace lo que le gusta y está rodeado de gente a la que quiere.

Como vemos no hay una única respuesta.
Si te sientes cómodo con una vida sencilla, genial. Pero la mayoría de la gente elige una vida sencilla no porque quiera, sino porque es el camino fácil. Es el que les dicen que tomen. Personas que hicieron lo mismo. Si tú quieres más en la vida, necesitas definir qué significa más. La mayoría de las personas que intentan ser extraordinarias no lo consiguen. ¿Por qué? Porque no podemos hacer lo que tenemos que hacer, sino solo lo que queremos. Por eso debes ser tú mismo para alcanzar tu grandeza. Pero la mala noticia es que actualmente pocos saben quiénes son. Nos hemos perdido en un laberinto que hemos construido nosotros mismos.

En el libro de Andrew Epstein La Atención es igual a la Vida, recuerda a los lectores que la búsqueda de prestar atención a lo cotidiano en el frenético mundo actual de las redes sociales es una tarea urgente e inagotable.

El libro de Anne Bogart, ¿Cuál es la historia? (What’s the Story?) dice: En tiempos difíciles, el espectáculo pasa a un segundo plano ante la necesidad humana de intimidad e intercambio. Lo que uno anhela en estos tiempos terribles es estar vivo. Anhelamos realidad y encuentros auténticos.

Mohammad «Mo» Gawdat es un empresario y autor egipcio que anteriormente fue director comercial de Google X y nos dice: La ecuación dice que la felicidad es mayor o igual a tu percepción de los acontecimientos de tu vida menos tus expectativas de cómo debería ser la vida. Primero, comprendes que la felicidad es una elección, que realmente puedes lograrla y que existe un método para lograrla. La felicidad no es una casualidad, no te la da la vida, es enteramente nuestra responsabilidad. La felicidad es igual o mayor a la percepción de los acontecimientos de tu vida menos los deseos y expectativas de lo que solía ser tu vida. Cuando lo ves así entiendes dos cosas: una es la definición de felicidad porque aunque no lo creas no existe una definición acordada de la felicidad porque aunque todos perseguimos ese sentimiento nadie te dice lo que es. Lo que te interesa es que la felicidad sea ese sentimiento lleno de paz y de calma que sentimos cuando los acontecimientos de la vida están a la altura de las expectativas; ese momento en el que la vida nos está dando lo que queremos tenemos una sensación de satisfacción, que nos dice “no quiero cambiar nada”; esa es una definición de la felicidad.

También nos dice que la frustración es una comparación entre lo que esperabas de la vida y lo que te dio. Piensa en la nieve: si tenias ganas de irte con una amiga a pasear al aire libre y nieva, entonces la nieve te haría infeliz pero si querías irte a esquiar y nieva, seguramente serás feliz. La nieve en si misma no es algo que te haga feliz o infeliz.

Si la gente mirara a su entorno debería ver que nuestras vidas son increíbles. Incluso la persona más pobre tiene mejor calidad de vida que un rey hace 150 años. Si un rey quería viajar hace 150 años tenia que coger un caballo y un carruaje durante días o meses. Miramos nuestra vida y aún así la vemos y pensamos que no es lo suficientemente buena. Nuestro cerebro está cableado para ver lo que está mal.

Una Vida Extraordinariamente Ordinaria

Según Aristóteles, la felicidad (eudaimonía) es el fin último de la vida, alcanzada a través de la actividad del alma conforme a la virtud perfecta. Consiste en una vida plena y realizada, donde se actúa según la razón y la excelencia moral, buscando el «justo medio» entre dos extremos de un vicio, tanto en exceso como en defecto. No es un estado pasivo o un premio, sino el resultado de una vida virtuosa y bien vivida. 

Train Dreams

Recientemente he visto la película Train Dreams dirigida por Clint Bentley y protagonizada por Joel Edgerton (que estoy convencida que se llevará un Oscar y eso que aún no sé si estará nominado) donde se muestra la riqueza y la belleza de la vida sencilla, de la vida ordinaria. Hacía tiempo que no veía una película que me conmoviera y me recordara a la vida ordinaria que llevaron mis bisabuelos trabajando la tierra para autoabastecerse en todos los sentidos, además de dar a luz a sus hijos en la cama y morir también en la cama mientras dormían.

Nadie nos pondrá una estrella en el suelo ni grabará nuestro nombre en un monumento pero por lo menos habremos sido personas con relaciones auténticas, honestas donde cuando llegue el momento de nuestra despedida en este mundo sea para descansar en Paz.

Creo que, como humanos, nos sentimos muy alejados de la naturaleza y nos elevamos por encima de ella, olvidando lo profundamente entrelazados que estamos con algo que parece tan lejano como una profunda corriente oceánica o unos árboles muy antiguos que llevan aquí más tiempo que nosotros. Simplemente queríamos reconocer que todo tiene sus hilos, y que una vez que empezamos a deshacerlos, realmente no sabemos cuál será el resultado final. Clint Bentley.

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